LEE UN RELATO AL AZAR


Ver una entrada al azar

miércoles, 26 de junio de 2013

ALGIÓMETRO (Saiz de Marco)


Este aparato mide el dolor. Se conecta al cerebro con unos electrodos y registra el dolor que se siente. Si, por ejemplo, a una persona se le clava una aguja en un dedo, la máquina marcará 5 dolorías.

Un puñetazo puede oscilar entre 10 y 20 dolorías. Una patada, entre 15 y 25. Una migraña, aproximadamente 100. Los dolores dentales (sin anestesia ni analgésicos), unas 400 dolorías. Un cólico nefrítico, 600. (Todas estas mediciones son aproximadas, ya que obviamente las circunstancias pueden variar.)

La muerte de una madre mide unas 800 dolorías. La muerte de un hijo, 1.500. Estamos hablando de muertes naturales. Si son causadas intencionalmente por otras personas, las cifras pueden triplicarse.

Algunas modalidades de tortura (ahogamiento, lapidación, crucifixión…) rebasan de largo las 2.000 dolorías.

Nuestros detractores aducen que esto no sirve para nada. Nosotros, sin embargo, creemos que es útil. Sirve para que el dolor ajeno se tome en serio, al menos tanto como los datos medibles (el índice de precios, la renta per cápita, el producto interior bruto, los gastos militares…). Y sirve sobre todo para calcular el coste en dolor (el importe en dolorías) de nuestras decisiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario