LEE UN RELATO AL AZAR


Ver una entrada al azar

martes, 22 de enero de 2013

¿QUIÉN HE SIDO? (Saiz de Marco)

Creía que sólo pasaba en las películas, pero de pronto me ha pasado a mí. Sufro amnesia. Supongo que hace unas horas mi coche se ha salido de la carretera, ha caído por un terraplén y se ha estampado contra el suelo. El golpe ha debido ser muy fuerte y probablemente mi cabeza impactó con algo duro, porque al despertarme no recordaba nada. Y sigo sin recordar. Así que todo esto lo supongo.

A duras penas he salido del coche (mis piernas estaban medio aprisionadas) y, sin saber por qué, he echado a caminar. Al cabo de un rato me he dado cuenta de que no recuerdo nada, ni siquiera quién soy. He mirado en mis bolsillos pero no he encontrado ningún papel. Se me ha ocurrido volver al coche a buscar la documentación, para al menos saber cómo me llamo. Pero era tarde: había estado andando por el campo, sin seguir ninguna senda, y ya no sabía regresar al coche. Así que he continuado sin rumbo.

Al cabo de un rato me he topado con una carretera. No sé si es la carretera en la que he sufrido el accidente u otra distinta. El caso es que estoy avanzando por ella. Camino por el arcén izquierdo. Cruzan coches pero no pido ayuda. ¿Para qué? Prefiero seguir andando hasta llegar a algún pueblo.

Mientras tanto me pregunto quién soy. Me pregunto por mi historia. ¿Qué edad tengo? ¿Dónde vivo? ¿Estoy casado o soltero? ¿Tengo hijos? ¿Trabajo en algo?

¿Cómo ha sido mi vida hasta ahora?: ¿feliz o desgraciada?, ¿blanda o dura?, ¿sencilla o difícil?

¿Qué clase de persona soy? ¿Soy un hombre honesto? ¿Soy sincero? ¿Suelo mentir? ¿Amo a alguien? ¿Hay alguien que me ame a mí? ¿Soy tal vez un estafador, o un asesino? ¿He hecho sufrir a otros?...

Me sorprende no acordarme de nada y sin embargo recordar los nombres de las cosas. Veo una colina y sé que es una colina. Veo un árbol y sé cómo se llama. Supongo que el lenguaje y la memoria ocupan parcelas distintas en el cerebro. Sí, debe de ser eso...

Estoy llegando a un lugar habitado. Veo casas a lo lejos. Tal vez haya un puesto de la policía: una comisaría o un cuartel. Iré allí y les contaré lo que me pasa. Les diré, sobre todo, lo que ignoro.

Ellos harán averiguaciones. Me aclararán quién soy, quién he sido hasta ahora.

¿A qué identidad deberé, entonces, adherirme? ¿En qué pasado, en qué biografía tendré que insertarme?

Será como subir a un tren en marcha. Pero ¿qué tren?, ¿cómo será ese tren, ese yo al que voy a subirme?

He olvidado casi todo pero no las palabras, y esto que ahora siento se llama miedo.

1 comentario:

  1. Aves de paso.
    Partimos e ignoramos
    si volveremos.

    (CUQUI COVALEDA)

    ResponderEliminar